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Una anti-guía de bolsillo para el h4ck3o de la vida moderna.

El primer cable de la Matrix

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Por qué no eres tu cuando tienes hambre

Nuestro cerebro es hermoso

Nuestro cerebro es una de las creaciones más complejas e increíbles que existen en el universo. Posee una belleza que se resalta aún más al considerar que es allí desde donde se conecta nuestro mundo físico, con el aparentemente cuántico en el que residen nuestros pensamientos, nuestra imaginación y voz interior.

Si hablamos de especificaciones, estamos frente a 1.3 kilos de carne en forma de pliegues, con 4 hemisferios distintos y algo así como 100 millones de neuronas, que son las células especializadas en la transmisión de información entre el cerebro y nuestro cuerpo. Dicha información viaja a una velocidad de entre 0.1 y 0.5 metros por segundo a través de nuestras neuronas en un proceso químico y físico llamado sinapsis

La sinapsis es un proceso crítico en nuestro organismo, porque su existencia es la que permite a nuestro cerebro controlar y regular nuestras funciones cognitivas, nuestra percepción, capacidad de atención, memoria, lenguaje, emociones y e incluso la capacidad para tomar decisiones o controlar físicamente nuestro cuerpo.

Tal es el poder de nuestro cerebro, que muchas culturas se han aventurado a atribuirle poderes sobrehumanos, ya que es allí donde reside nuestra mente, el puente que nos conecta a Dios o al todo (según la cultura) a través de actos sencillos como orar, meditar, agradecer o manifestar al universo.

La educación está bastante rota

No sé por qué recalqué tanto la belleza del cerebro, si en realidad la maquinaria completa que hace funcionar a nuestro cuerpo, es una obra de arte. 

Ahora necesito que traslademos el foco de esta conversación desde la cabeza, a un poco más abajo. Hablemos de nuestro hígado.

El primer delito de nuestro sistema educativo, el de la Matrix, es construir en nosotros una relación tóxica con nuestro cuerpo, porque no se nos enseñó a entender nuestra biología. Solo un sistema como este puede hacer que la mayor parte de nosotros pueda llevar una vida entera sin dimensionar ni interiorizar asuntos que son determinantes al momento de saber quién somos como persona.

No hay forma de saber correctamente quién eres, si no asumes y abrazas qué es lo que eres.

En ese ejercicio de tomar conciencia de qué es lo que somos, hay un hilo de información clave para tu propia conexión-desconexión con el sistema.

La insulina es una hormona que se secreta en el hígado. Su misión es ser una llave, para que el resto de las células de tu cuerpo cada vez que te alimentas, «abran una puerta» que es la que permite que los nutrientes entren a la misma. 

Las células, tal como los legos, tienen distintas variantes y funciones, pero algo que muchas de ellas tienen en común, es que para nutrirse requieren esta llave, la insulina.

Hasta ahí todo bien, de no ser porque cualquier persona forma en la Matrix, y alimentada con la dieta occidental del Sistema, del supermercado promedio, por razones naturales, incluso llevando la vida aparentemente más saludable de todas, tarde o temprano entrará en el bucle de la muerte.

Este es primer cable con la Matrix

En el episodio introductorio mencioné que nuestros genes, que surgieron hace unos 300.000 años, no han evolucionado a la misma velocidad que nuestra cultura, misma que creció exponencialmente durante los últimos 30 o 20 años. Esto hace que física y mentalmente vengamos de preparados para un contexto, donde la comida escasea, y cada tipo de nutriente tenga un rol específico en nuestro organismo, y por último, que desarrollemos vínculos profundos unos con otros para poder sobrevivir.

El bucle de la muerte es nuestra atadura con la Matrix, y se genera porque nuestra dieta llena de carbohidratos (varias veces al día), azúcares (varias veces al día) refinadas (varias veces al día), alimentos procesados, y ultra procesados (varias veces al día). 

Muchísima comida vacía nutricionalmente, varias veces al día.

Hoy en día puedes entrar a cualquier supermercado, y el 80% de lo que hay ahí no tiene la mínima capacidad de entregarle a tu organismo algo que necesite.

Si nuestro modelo educativo funcionara medianamente bien, todos aprendiendo biología, tendríamos extremadamente claro que el objetivo de comer es nutrirnos, y no un meme de Nicole Moreno. Lamentablemente, y tal como todo, el discurso saludable se instrumentaliza para venderte soluciones.

El primer cable, entre nosotros y la Matrix, es está determinado por la sensibilidad a la insulina que tiene nuestro cuerpo.

Independiente de nuestro tipo o nivel de privilegios, cualquier persona que se desarrolle siguiendo el modelo nutricional que nos propone y vende el Sistema, tarde o temprano gatilla un bluce de muerte en su vida que solamente nos lleva a enfermarnos y sentirnos insatisfechos e infelices de manera crónica.

Aclaro. Lo último que quiero en esta guía, es estimular en nosotros algún tipo de victimización, pero es en este apartado donde les doy y nos doy, el beneficio.

A nadie en biología se le enseñó con el suficiente énfasis, que por culpa de lo que comes, lo que pasa de manera natural con tu cuerpo es que tus células pierden su capacidad para captar la insulina. 

Nuestro cerebro también es horrible

Tal como todas las hormonas de tu cuerpo, si produces insulina todo el día, tus receptores de insulina comienzan a decir basta, y pierden la capacidad de que esta permita que te nutras. Si eso pasa, felicitaciones, tienes un grado de resistencia a la insulina en tu vida.

Si desarrollas este «ligero problema«, el cerebro estará constantemente en modo sobreviviendo hace 300.00 mil años de antigüedad, y mismo «milagro del cosmos» del que hablamos hace unos minutos, mostrará su lado más feo.

Él no sabe que ya no vives en una caverna, tienes iPhone y caminas 500 metros al día, y ojalá solo fuesen 300.

Es así como genera entonces una serie de procesos que le dicen a tu cuerpo «oye, no me he nutrido, necesito comer», «oye, quiero comida», «oye, deberías comerte un pastelito y ahora porque me va a dar algo». «Oye dame comida, por favor, me estreso». «No puedo pensar». «Ya pe, necesito comer por la concha «, «Tengo sueño y rabia. ¡Necesito comida».

El bucle de la muerte es nuestro cerebro en un estado de tensión constante por culpa de la resistencia a la insulina. 

Por más que comas, no te nutrirás nunca, tu cerebro se pondrá raro, violento, triste y estresado, así que comes más y así infinitamente. Es un ciclo eterno, en el que sumado al envejeciendo vas solamente empeorando.

Imaginemos un día promedio, más menos normal en la vida de un chileno.

Despiertas, estás recién pagado, te premias con 1, u ojalá 2 completos. Tu día empieza hermoso pero ¡Pah! 

Hola, soy yo, la célula y me vale verga tu completo, porque acá no está entrando nada. Oye señor cerebro (sinapsis), haga algo.

Cerebro dará la orden a tu sistema suprarrenal, encargado de la supervivencia humana a través del cortisol y adrenalina, y comenzará a secretar dichas hormonas e incluso a poner ideas locas en tu cabeza. Ideas así como, anda a cazar o mata u mamut, pero que traducidas al siglo actual se traducen en «grítale a ese imbécil», pégale a la muralla, o empuja a la persona que va al lado en el metro.

El bucle de la muerte es un amigo silencioso y normalizado, que hace a nuestro cerebro, por ende a nuestra mente, a vivir en un estado de estress y angustia eternos. 

Ríos y ríos de cortisol, que en su exceso, llevan a tu cuerpo a la segunda parte, y se llama el loop de «este compadre ya está muerto, no más no le han avisado«, que llamado inflamación y enfermedades autoinmunes. Pero creo que con esto basta por ahora.

El siguiente episodio de la serie Bio Hacking, será sobre el que debiese ser un verdadero enemigo de estado: el fucking cortisol. No se lo pierdan.

Despierta a tu amig@

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