Respuesta corta: no se puede.

Respuesta larga: no te lo recomiendo.

Y antes de que cierres esta pestaña pensando que es otro artículo deprimente más sobre el futuro laboral, déjame contarte por qué esta aparente mala noticia puede ser la mejor que recibas en tu vida profesional.

El currículum tradicional ya no sirve para asegurar empleo en el contexto actual. Punto. Mientras más personas invierten en certificaciones, bootcamps y maestrías, menos del 3.8% de los trabajadores tienen empleos contingentes. La gran promesa de la economía freelance no ha movido ni un decimal en dos décadas.

El mercado laboral atraviesa una transformación tan profunda que las ofertas de trabajo de calidad prácticamente no existen. Lo que sí funciona —y siempre ha funcionado— es la red de contactos y la reputación profesional. Estas abren más puertas que cualquier hoja de vida con diseño minimalista y palabras clave optimizadas para ATS.

¿Por qué las empresas no pueden (ni quieren) contratar?

Las pequeñas y medianas empresas enfrentan obstáculos financieros y administrativos que convierten cada contratación en una pesadilla, una verdadera ruleta rusa. Ejemplo concreto: si alguien quisiese pagarte 1 millón de pesos chilenos, realmente necesitaría tener 1.8 millones. ¿Por qué? Imposiciones, seguros, impuestos, ahorrar para tus vacaciones, para tu reemplazo probable en vacaciones, y el colchón para la eventual indemnización, cuando tenga que despedirte. No digo que esté bien o mal, pero es lo que es.

Esta matemática imposible hace que las empresas enfrenten barreras significativas que las llevan a preferir la subcontratación, el trabajo por proyecto, o simplemente no contratar nunca, y hacer esa bicicleta eterna entre practicantes y contratos fijos. (Una ordinariez, pero ¿quién es uno para juzgar?)

En el otro bando, las grandes empresas ajustan sus estructuras y reducen personal. ¿La razón? El crecimiento perpetuo no es realista. Para mantener felices a los inversionistas en un mundo finito, la única variable que pueden optimizar es la eficiencia operacional. Traducción: hacer más con menos gente.

El unicornio que todos buscan (y nadie encuentra)

Los empleadores actuales buscan perfiles versátiles, con habilidades diversas y capacidad de adaptación. Pero seamos honestos: buscan unicornios. Quieren un diseñador que programe, haga videos, entienda de marketing, y ojalá sepa algo de contabilidad. Todo por el sueldo de uno.

La clave está en convertirse en una persona que simplemente resuelve y aporta soluciones concretas. Tu narrativa personal debe partir contando de qué manera influyes en la organización, en la empresa, en las personas. No qué títulos tienes, sino qué transformaciones has logrado. No qué herramientas dominas, sino qué problemas has resuelto. ¿Cómo llevas en tu área, las cosas desde A a B?

Los países con menor desempleo valoran a quienes dominan oficios reales: ciencia, tecnología, ingeniería, medicina y transporte. No "evangelistas de marca" ni "happiness managers".

Las únicas personas que deberían buscar trabajo tradicional son las que necesitan farmear experiencia. Como en los videojuegos: necesitas subir de nivel, aprender mecánicas, entender el meta. Pero una vez que dominas tu área, quedarte en el mismo lugar es desperdiciar tu potencial.

Cuando sientes que ya has aprendido mucho, o te diste vuelta tu área profesional, es hora de buscarte amigos que tengan dolores parecidos al tuyo, pero desde otra área de expertise totalmente distinta. ¿El objetivo? Crear proyectos propios, empresas, soluciones que multipliquen el valor de lo que cada uno aporta; un diseñador que entiende los problemas de los programadores. Un contador que comprende las frustraciones de los creativos. Un médico que ve las ineficiencias del sistema de salud.

Cuando juntas estas perspectivas diversas, pero complementarias, surge la posibilidad de crear algo genuinamente innovador.

El teatro de las ofertas fantasma

Pero hay algo aún más perverso: muchas de las ofertas que ves ni siquiera son reales. El 40% de las empresas admitieron haber publicado ofertas de trabajo falsas en 2024, y tres de cada 10 actualmente tienen "ghost jobs" activos. No son estafas, son empresas legítimas publicando vacantes que no tienen intención de llenar.

¿Por qué lo hacen? El 60% dice que es para hacer creer a sus empleados que vendrá ayuda y su carga de trabajo será aliviada. Más siniestro aún: el 62% publica estas ofertas fantasma específicamente para hacer sentir a sus empleados que son reemplazables. Es terrorismo psicológico corporativo.

Según Revelio Labs, un trabajo publicado en 2024 tiene la mitad de probabilidades de dar como resultado una contratación real comparada con 2020 (Sí, en plena pandemia). En 2019, había ocho contrataciones por cada 10 ofertas publicadas. Hoy, menos de cuatro.

Lo más cínico: siete de cada 10 managers que publican estos trabajos fantasma lo consideran "moralmente aceptable"El 85% incluso entrevista candidatos sin intención alguna de contratarlos, haciéndoles perder tiempo, dinero y esperanza.

Tu CV es oro: úsalo para crear, no para mendigar

Si has desarrollado toda tu carrera para tener un gran CV, felicitaciones. Ahora aprovechémoslo, pero no para seguir postulando a 100 trabajos por día. Es momento de crear proyectos propios junto a personas talentosas como tú. Esas colaboraciones multiplican el valor profesional de formas que ningún empleo tradicional puede igualar.

Las empresas están despidiendo a gente como tú, pero al mismo tiempo requieren a gente como tú una cantidad más reducida de horas por semana. ¿Cómo sería si la misma empresa que hoy te paga 10 por trabajar 40 horas por semana, ahora te pagará 7, por lograr tus mismos objetivos, pero trabajando solamente 10? Quizás te alcanzaría el tiempo para tener otros 3 clientes más como este.

Durante este fin del mundo, todavía queda mucho por crear y resolver. Por favor, no te dediques a la inversión inmobiliaria especulativa ni a revender productos chinos con logo. En la vida moderna, si algo nos carga, es hora de que hagamos la versión que no nos carga.

La resiliencia y la capacidad de aprender rápido son esenciales, pero no para adaptarte a empleos mediocres. Son esenciales para crear las soluciones que el mundo necesita y que las empresas tradicionales —que hoy en día se están hundiendo— son demasiado lentas para desarrollar.

La era de los superpoderes

El Nobel Daron Acemoglu estima que la IA aumentará el PIB apenas 1.1% en 10 años, afectando principalmente trabajos rutinarios que representan el 5% de la economía. La IA nunca nos reemplazará en el sentido de que ninguna persona es reemplazable, pero sí abre otro nivel de competitividad.

La era de la IA significa que las personas literalmente tenemos superpoderes creativos. Nuestro rol es mejor que nunca: iterar, evaluar, demostrar que están pasando cosas en tu cabeza. Eres capaz de tomar buenas decisiones dirigiendo el trabajo de un ejército de asistentes virtuales.

Si vas a usar IA para hacer videos genéricos o copys sin alma, adelante, éxito con eso. Pero si la utilizas para competir con la hegemonía audiovisual de Hollywood, para democratizar la educación, para resolver problemas de salud pública, un futuro brillante es el que te espera.

Me despido pidiendo disculpas si esto se siente como clickbait, pero como siempre digo, yo no puse las reglas. El empleo tradicional está muerto. El CV perfecto es irrelevante. La seguridad laboral es nostalgia pura. La era del empleo se acabó para siempre.

Lo que sí existe es la oportunidad de crear valor real resolviendo problemas reales. De juntarte con otros profesionales (ojalá gente que quieras y en la que confíes) y construir las empresas que los boomers son demasiado torpes para imaginar. De usar tu experiencia acumulada para alejarte de otro trabajo promedio, y más bien multiplicar tu impacto creando algo propio.

El consejo final, entonces, no es que encuentres empleo. Es que construyas las condiciones donde el valor que generas sea innegable, tangible, y sí, rentable. El Antropoceno nos trajo muchos problemas (tose) oportunidades. Es hora de que construyamos las soluciones.

Respuesta corta: no se puede.

Respuesta larga: no te lo recomiendo.

Y antes de que cierres esta pestaña pensando que es otro artículo deprimente más sobre el futuro laboral, déjame contarte por qué esta aparente mala noticia puede ser la mejor que recibas en tu vida profesional.

El currículum tradicional ya no sirve para asegurar empleo en el contexto actual. Punto. Mientras más personas invierten en certificaciones, bootcamps y maestrías, menos del 3.8% de los trabajadores tienen empleos contingentes. La gran promesa de la economía freelance no ha movido ni un decimal en dos décadas.

El mercado laboral atraviesa una transformación tan profunda que las ofertas de trabajo de calidad prácticamente no existen. Lo que sí funciona —y siempre ha funcionado— es la red de contactos y la reputación profesional. Estas abren más puertas que cualquier hoja de vida con diseño minimalista y palabras clave optimizadas para ATS.

¿Por qué las empresas no pueden (ni quieren) contratar?

Las pequeñas y medianas empresas enfrentan obstáculos financieros y administrativos que convierten cada contratación en una pesadilla, una verdadera ruleta rusa. Ejemplo concreto: si alguien quisiese pagarte 1 millón de pesos chilenos, realmente necesitaría tener 1.8 millones. ¿Por qué? Imposiciones, seguros, impuestos, ahorrar para tus vacaciones, para tu reemplazo probable en vacaciones, y el colchón para la eventual indemnización, cuando tenga que despedirte. No digo que esté bien o mal, pero es lo que es.

Esta matemática imposible hace que las empresas enfrenten barreras significativas que las llevan a preferir la subcontratación, el trabajo por proyecto, o simplemente no contratar nunca, y hacer esa bicicleta eterna entre practicantes y contratos fijos. (Una ordinariez, pero ¿quién es uno para juzgar?)

En el otro bando, las grandes empresas ajustan sus estructuras y reducen personal. ¿La razón? El crecimiento perpetuo no es realista. Para mantener felices a los inversionistas en un mundo finito, la única variable que pueden optimizar es la eficiencia operacional. Traducción: hacer más con menos gente.

El unicornio que todos buscan (y nadie encuentra)

Los empleadores actuales buscan perfiles versátiles, con habilidades diversas y capacidad de adaptación. Pero seamos honestos: buscan unicornios. Quieren un diseñador que programe, haga videos, entienda de marketing, y ojalá sepa algo de contabilidad. Todo por el sueldo de uno.

La clave está en convertirse en una persona que simplemente resuelve y aporta soluciones concretas. Tu narrativa personal debe partir contando de qué manera influyes en la organización, en la empresa, en las personas. No qué títulos tienes, sino qué transformaciones has logrado. No qué herramientas dominas, sino qué problemas has resuelto. ¿Cómo llevas en tu área, las cosas desde A a B?

Los países con menor desempleo valoran a quienes dominan oficios reales: ciencia, tecnología, ingeniería, medicina y transporte. No "evangelistas de marca" ni "happiness managers".

Las únicas personas que deberían buscar trabajo tradicional son las que necesitan farmear experiencia. Como en los videojuegos: necesitas subir de nivel, aprender mecánicas, entender el meta. Pero una vez que dominas tu área, quedarte en el mismo lugar es desperdiciar tu potencial.

Cuando sientes que ya has aprendido mucho, o te diste vuelta tu área profesional, es hora de buscarte amigos que tengan dolores parecidos al tuyo, pero desde otra área de expertise totalmente distinta. ¿El objetivo? Crear proyectos propios, empresas, soluciones que multipliquen el valor de lo que cada uno aporta; un diseñador que entiende los problemas de los programadores. Un contador que comprende las frustraciones de los creativos. Un médico que ve las ineficiencias del sistema de salud.

Cuando juntas estas perspectivas diversas, pero complementarias, surge la posibilidad de crear algo genuinamente innovador.

El teatro de las ofertas fantasma

Pero hay algo aún más perverso: muchas de las ofertas que ves ni siquiera son reales. El 40% de las empresas admitieron haber publicado ofertas de trabajo falsas en 2024, y tres de cada 10 actualmente tienen "ghost jobs" activos. No son estafas, son empresas legítimas publicando vacantes que no tienen intención de llenar.

¿Por qué lo hacen? El 60% dice que es para hacer creer a sus empleados que vendrá ayuda y su carga de trabajo será aliviada. Más siniestro aún: el 62% publica estas ofertas fantasma específicamente para hacer sentir a sus empleados que son reemplazables. Es terrorismo psicológico corporativo.

Según Revelio Labs, un trabajo publicado en 2024 tiene la mitad de probabilidades de dar como resultado una contratación real comparada con 2020 (Sí, en plena pandemia). En 2019, había ocho contrataciones por cada 10 ofertas publicadas. Hoy, menos de cuatro.

Lo más cínico: siete de cada 10 managers que publican estos trabajos fantasma lo consideran "moralmente aceptable"El 85% incluso entrevista candidatos sin intención alguna de contratarlos, haciéndoles perder tiempo, dinero y esperanza.

Tu CV es oro: úsalo para crear, no para mendigar

Si has desarrollado toda tu carrera para tener un gran CV, felicitaciones. Ahora aprovechémoslo, pero no para seguir postulando a 100 trabajos por día. Es momento de crear proyectos propios junto a personas talentosas como tú. Esas colaboraciones multiplican el valor profesional de formas que ningún empleo tradicional puede igualar.

Las empresas están despidiendo a gente como tú, pero al mismo tiempo requieren a gente como tú una cantidad más reducida de horas por semana. ¿Cómo sería si la misma empresa que hoy te paga 10 por trabajar 40 horas por semana, ahora te pagará 7, por lograr tus mismos objetivos, pero trabajando solamente 10? Quizás te alcanzaría el tiempo para tener otros 3 clientes más como este.

Durante este fin del mundo, todavía queda mucho por crear y resolver. Por favor, no te dediques a la inversión inmobiliaria especulativa ni a revender productos chinos con logo. En la vida moderna, si algo nos carga, es hora de que hagamos la versión que no nos carga.

La resiliencia y la capacidad de aprender rápido son esenciales, pero no para adaptarte a empleos mediocres. Son esenciales para crear las soluciones que el mundo necesita y que las empresas tradicionales —que hoy en día se están hundiendo— son demasiado lentas para desarrollar.

La era de los superpoderes

El Nobel Daron Acemoglu estima que la IA aumentará el PIB apenas 1.1% en 10 años, afectando principalmente trabajos rutinarios que representan el 5% de la economía. La IA nunca nos reemplazará en el sentido de que ninguna persona es reemplazable, pero sí abre otro nivel de competitividad.

La era de la IA significa que las personas literalmente tenemos superpoderes creativos. Nuestro rol es mejor que nunca: iterar, evaluar, demostrar que están pasando cosas en tu cabeza. Eres capaz de tomar buenas decisiones dirigiendo el trabajo de un ejército de asistentes virtuales.

Si vas a usar IA para hacer videos genéricos o copys sin alma, adelante, éxito con eso. Pero si la utilizas para competir con la hegemonía audiovisual de Hollywood, para democratizar la educación, para resolver problemas de salud pública, un futuro brillante es el que te espera.

Me despido pidiendo disculpas si esto se siente como clickbait, pero como siempre digo, yo no puse las reglas. El empleo tradicional está muerto. El CV perfecto es irrelevante. La seguridad laboral es nostalgia pura. La era del empleo se acabó para siempre.

Lo que sí existe es la oportunidad de crear valor real resolviendo problemas reales. De juntarte con otros profesionales (ojalá gente que quieras y en la que confíes) y construir las empresas que los boomers son demasiado torpes para imaginar. De usar tu experiencia acumulada para alejarte de otro trabajo promedio, y más bien multiplicar tu impacto creando algo propio.

El consejo final, entonces, no es que encuentres empleo. Es que construyas las condiciones donde el valor que generas sea innegable, tangible, y sí, rentable. El Antropoceno nos trajo muchos problemas (tose) oportunidades. Es hora de que construyamos las soluciones.

Respuesta corta: no se puede.

Respuesta larga: no te lo recomiendo.

Y antes de que cierres esta pestaña pensando que es otro artículo deprimente más sobre el futuro laboral, déjame contarte por qué esta aparente mala noticia puede ser la mejor que recibas en tu vida profesional.

El currículum tradicional ya no sirve para asegurar empleo en el contexto actual. Punto. Mientras más personas invierten en certificaciones, bootcamps y maestrías, menos del 3.8% de los trabajadores tienen empleos contingentes. La gran promesa de la economía freelance no ha movido ni un decimal en dos décadas.

El mercado laboral atraviesa una transformación tan profunda que las ofertas de trabajo de calidad prácticamente no existen. Lo que sí funciona —y siempre ha funcionado— es la red de contactos y la reputación profesional. Estas abren más puertas que cualquier hoja de vida con diseño minimalista y palabras clave optimizadas para ATS.

¿Por qué las empresas no pueden (ni quieren) contratar?

Las pequeñas y medianas empresas enfrentan obstáculos financieros y administrativos que convierten cada contratación en una pesadilla, una verdadera ruleta rusa. Ejemplo concreto: si alguien quisiese pagarte 1 millón de pesos chilenos, realmente necesitaría tener 1.8 millones. ¿Por qué? Imposiciones, seguros, impuestos, ahorrar para tus vacaciones, para tu reemplazo probable en vacaciones, y el colchón para la eventual indemnización, cuando tenga que despedirte. No digo que esté bien o mal, pero es lo que es.

Esta matemática imposible hace que las empresas enfrenten barreras significativas que las llevan a preferir la subcontratación, el trabajo por proyecto, o simplemente no contratar nunca, y hacer esa bicicleta eterna entre practicantes y contratos fijos. (Una ordinariez, pero ¿quién es uno para juzgar?)

En el otro bando, las grandes empresas ajustan sus estructuras y reducen personal. ¿La razón? El crecimiento perpetuo no es realista. Para mantener felices a los inversionistas en un mundo finito, la única variable que pueden optimizar es la eficiencia operacional. Traducción: hacer más con menos gente.

El unicornio que todos buscan (y nadie encuentra)

Los empleadores actuales buscan perfiles versátiles, con habilidades diversas y capacidad de adaptación. Pero seamos honestos: buscan unicornios. Quieren un diseñador que programe, haga videos, entienda de marketing, y ojalá sepa algo de contabilidad. Todo por el sueldo de uno.

La clave está en convertirse en una persona que simplemente resuelve y aporta soluciones concretas. Tu narrativa personal debe partir contando de qué manera influyes en la organización, en la empresa, en las personas. No qué títulos tienes, sino qué transformaciones has logrado. No qué herramientas dominas, sino qué problemas has resuelto. ¿Cómo llevas en tu área, las cosas desde A a B?

Los países con menor desempleo valoran a quienes dominan oficios reales: ciencia, tecnología, ingeniería, medicina y transporte. No "evangelistas de marca" ni "happiness managers".

Las únicas personas que deberían buscar trabajo tradicional son las que necesitan farmear experiencia. Como en los videojuegos: necesitas subir de nivel, aprender mecánicas, entender el meta. Pero una vez que dominas tu área, quedarte en el mismo lugar es desperdiciar tu potencial.

Cuando sientes que ya has aprendido mucho, o te diste vuelta tu área profesional, es hora de buscarte amigos que tengan dolores parecidos al tuyo, pero desde otra área de expertise totalmente distinta. ¿El objetivo? Crear proyectos propios, empresas, soluciones que multipliquen el valor de lo que cada uno aporta; un diseñador que entiende los problemas de los programadores. Un contador que comprende las frustraciones de los creativos. Un médico que ve las ineficiencias del sistema de salud.

Cuando juntas estas perspectivas diversas, pero complementarias, surge la posibilidad de crear algo genuinamente innovador.

El teatro de las ofertas fantasma

Pero hay algo aún más perverso: muchas de las ofertas que ves ni siquiera son reales. El 40% de las empresas admitieron haber publicado ofertas de trabajo falsas en 2024, y tres de cada 10 actualmente tienen "ghost jobs" activos. No son estafas, son empresas legítimas publicando vacantes que no tienen intención de llenar.

¿Por qué lo hacen? El 60% dice que es para hacer creer a sus empleados que vendrá ayuda y su carga de trabajo será aliviada. Más siniestro aún: el 62% publica estas ofertas fantasma específicamente para hacer sentir a sus empleados que son reemplazables. Es terrorismo psicológico corporativo.

Según Revelio Labs, un trabajo publicado en 2024 tiene la mitad de probabilidades de dar como resultado una contratación real comparada con 2020 (Sí, en plena pandemia). En 2019, había ocho contrataciones por cada 10 ofertas publicadas. Hoy, menos de cuatro.

Lo más cínico: siete de cada 10 managers que publican estos trabajos fantasma lo consideran "moralmente aceptable"El 85% incluso entrevista candidatos sin intención alguna de contratarlos, haciéndoles perder tiempo, dinero y esperanza.

Tu CV es oro: úsalo para crear, no para mendigar

Si has desarrollado toda tu carrera para tener un gran CV, felicitaciones. Ahora aprovechémoslo, pero no para seguir postulando a 100 trabajos por día. Es momento de crear proyectos propios junto a personas talentosas como tú. Esas colaboraciones multiplican el valor profesional de formas que ningún empleo tradicional puede igualar.

Las empresas están despidiendo a gente como tú, pero al mismo tiempo requieren a gente como tú una cantidad más reducida de horas por semana. ¿Cómo sería si la misma empresa que hoy te paga 10 por trabajar 40 horas por semana, ahora te pagará 7, por lograr tus mismos objetivos, pero trabajando solamente 10? Quizás te alcanzaría el tiempo para tener otros 3 clientes más como este.

Durante este fin del mundo, todavía queda mucho por crear y resolver. Por favor, no te dediques a la inversión inmobiliaria especulativa ni a revender productos chinos con logo. En la vida moderna, si algo nos carga, es hora de que hagamos la versión que no nos carga.

La resiliencia y la capacidad de aprender rápido son esenciales, pero no para adaptarte a empleos mediocres. Son esenciales para crear las soluciones que el mundo necesita y que las empresas tradicionales —que hoy en día se están hundiendo— son demasiado lentas para desarrollar.

La era de los superpoderes

El Nobel Daron Acemoglu estima que la IA aumentará el PIB apenas 1.1% en 10 años, afectando principalmente trabajos rutinarios que representan el 5% de la economía. La IA nunca nos reemplazará en el sentido de que ninguna persona es reemplazable, pero sí abre otro nivel de competitividad.

La era de la IA significa que las personas literalmente tenemos superpoderes creativos. Nuestro rol es mejor que nunca: iterar, evaluar, demostrar que están pasando cosas en tu cabeza. Eres capaz de tomar buenas decisiones dirigiendo el trabajo de un ejército de asistentes virtuales.

Si vas a usar IA para hacer videos genéricos o copys sin alma, adelante, éxito con eso. Pero si la utilizas para competir con la hegemonía audiovisual de Hollywood, para democratizar la educación, para resolver problemas de salud pública, un futuro brillante es el que te espera.

Me despido pidiendo disculpas si esto se siente como clickbait, pero como siempre digo, yo no puse las reglas. El empleo tradicional está muerto. El CV perfecto es irrelevante. La seguridad laboral es nostalgia pura. La era del empleo se acabó para siempre.

Lo que sí existe es la oportunidad de crear valor real resolviendo problemas reales. De juntarte con otros profesionales (ojalá gente que quieras y en la que confíes) y construir las empresas que los boomers son demasiado torpes para imaginar. De usar tu experiencia acumulada para alejarte de otro trabajo promedio, y más bien multiplicar tu impacto creando algo propio.

El consejo final, entonces, no es que encuentres empleo. Es que construyas las condiciones donde el valor que generas sea innegable, tangible, y sí, rentable. El Antropoceno nos trajo muchos problemas (tose) oportunidades. Es hora de que construyamos las soluciones.

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