Galería 314

Un espacio sin límites para el arte, la comunidad y la vida.

Un espacio sin límites para el arte, la comunidad y la vida.

Contexto

Contexto

Galería 314 es una iniciativa chilena que busca romper con el modelo tradicional del arte en Chile y democratizar su acceso, expandiendo el circuito artístico a un público más amplio. Ubicada en el icónico Barrio Franklin de Santiago – una zona de creciente efervescencia cultural y comercial – la organización se planteó como desafío crear una experiencia cultural inclusiva, alejándose de las premisas elitistas de las galerías de arte convencionales.

El proyecto fue impulsado por la art dealer Amparo Mardones, con décadas de trayectoria en el circuito de arte tradicional, quien convocó al equipo de REAL para conceptualizar este nuevo espacio (que en sus inicios carecía de nombre) con la ambición de redefinir lo que puede ser una galería de arte.

El sector del arte en Chile presentaba un entorno desafiante: el arte permanecía acotado a círculos muy reducidos, vinculados a élites económicas e intelectuales, y la oferta cultural era percibida como algo distante del público general. Galería 314 necesitaba una estrategia de marca que respondiera a esta realidad, descentralizando el arte y haciéndolo relevante para una nueva comunidad de visitantes y creadores.

Galería 314 es una iniciativa chilena que busca romper con el modelo tradicional del arte en Chile y democratizar su acceso, expandiendo el circuito artístico a un público más amplio. Ubicada en el icónico Barrio Franklin de Santiago – una zona de creciente efervescencia cultural y comercial – la organización se planteó como desafío crear una experiencia cultural inclusiva, alejándose de las premisas elitistas de las galerías de arte convencionales.

El proyecto fue impulsado por la art dealer Amparo Mardones, con décadas de trayectoria en el circuito de arte tradicional, quien convocó al equipo de REAL para conceptualizar este nuevo espacio (que en sus inicios carecía de nombre) con la ambición de redefinir lo que puede ser una galería de arte.

El sector del arte en Chile presentaba un entorno desafiante: el arte permanecía acotado a círculos muy reducidos, vinculados a élites económicas e intelectuales, y la oferta cultural era percibida como algo distante del público general. Galería 314 necesitaba una estrategia de marca que respondiera a esta realidad, descentralizando el arte y haciéndolo relevante para una nueva comunidad de visitantes y creadores.

Galería 314 es una iniciativa chilena que busca romper con el modelo tradicional del arte en Chile y democratizar su acceso, expandiendo el circuito artístico a un público más amplio. Ubicada en el icónico Barrio Franklin de Santiago – una zona de creciente efervescencia cultural y comercial – la organización se planteó como desafío crear una experiencia cultural inclusiva, alejándose de las premisas elitistas de las galerías de arte convencionales.

El proyecto fue impulsado por la art dealer Amparo Mardones, con décadas de trayectoria en el circuito de arte tradicional, quien convocó al equipo de REAL para conceptualizar este nuevo espacio (que en sus inicios carecía de nombre) con la ambición de redefinir lo que puede ser una galería de arte.

El sector del arte en Chile presentaba un entorno desafiante: el arte permanecía acotado a círculos muy reducidos, vinculados a élites económicas e intelectuales, y la oferta cultural era percibida como algo distante del público general. Galería 314 necesitaba una estrategia de marca que respondiera a esta realidad, descentralizando el arte y haciéndolo relevante para una nueva comunidad de visitantes y creadores.

Nuestro proceso de trabajo reveló un dato relevante en Chile, y es que la galería de arte se percibe como un espacio elitista que separa al artista del público. La gente piensa que el arte “culto” no les pertenece y que solo se puede disfrutar dentro de un circuito estipulado. Sin embargo, al conversar con las fundadoras —entre ellas Amparo Mardones, reconocida art dealer con décadas de experiencia—, surgió una verdad diferente: la comunidad anhela espacios donde el arte se viva como experiencia compartida

Exploramos cómo hablaban las fundadoras de su proyecto. Aunque se enfocaban en la logística y la obra, dejaban entrever que su verdadero deseo era crear un lugar que conectara a artistas y vecinos. Observamos que valoraban la comunidad y la posibilidad de exponer obras sin la rigidez de una galería tradicional. Su inconsciente apuntaba a una marca más social y menos transaccional. La brecha entre la percepción de las galerías —como negocios cerrados— y la fortaleza de Galería 314 —su apertura y vocación de barrio— se convirtió en la oportunidad.

Nuestro proceso de trabajo reveló un dato relevante en Chile, y es que la galería de arte se percibe como un espacio elitista que separa al artista del público. La gente piensa que el arte “culto” no les pertenece y que solo se puede disfrutar dentro de un circuito estipulado. Sin embargo, al conversar con las fundadoras —entre ellas Amparo Mardones, reconocida art dealer con décadas de experiencia—, surgió una verdad diferente: la comunidad anhela espacios donde el arte se viva como experiencia compartida

Exploramos cómo hablaban las fundadoras de su proyecto. Aunque se enfocaban en la logística y la obra, dejaban entrever que su verdadero deseo era crear un lugar que conectara a artistas y vecinos. Observamos que valoraban la comunidad y la posibilidad de exponer obras sin la rigidez de una galería tradicional. Su inconsciente apuntaba a una marca más social y menos transaccional. La brecha entre la percepción de las galerías —como negocios cerrados— y la fortaleza de Galería 314 —su apertura y vocación de barrio— se convirtió en la oportunidad.

Nuestro proceso de trabajo reveló un dato relevante en Chile, y es que la galería de arte se percibe como un espacio elitista que separa al artista del público. La gente piensa que el arte “culto” no les pertenece y que solo se puede disfrutar dentro de un circuito estipulado. Sin embargo, al conversar con las fundadoras —entre ellas Amparo Mardones, reconocida art dealer con décadas de experiencia—, surgió una verdad diferente: la comunidad anhela espacios donde el arte se viva como experiencia compartida

Exploramos cómo hablaban las fundadoras de su proyecto. Aunque se enfocaban en la logística y la obra, dejaban entrever que su verdadero deseo era crear un lugar que conectara a artistas y vecinos. Observamos que valoraban la comunidad y la posibilidad de exponer obras sin la rigidez de una galería tradicional. Su inconsciente apuntaba a una marca más social y menos transaccional. La brecha entre la percepción de las galerías —como negocios cerrados— y la fortaleza de Galería 314 —su apertura y vocación de barrio— se convirtió en la oportunidad.

Brief

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Irrumpe

Primero se definió una promesa de marca que celebra la expansión permanente: romper todos los límites asociados al arte. De convertir la galería en un lienzo para solamente ofrecer posibilidades. De allí nació el nombre Galería 314, referencia al número π (3,14) y a sus infinitas cifras decimales, símbolo de posibilidades infinitas de creación y disfrute. Esta decisión fundó una narrativa que invita a “visitar un lugar sin límites”, coherente con la misión de llevar el arte más allá de las barreras elitistas.

La identidad visual amplificó el concepto. El logotipo integra la forma de π y alude al símbolo de infinito, sellando gráficamente la idea de un arte que representa posibilidades. El sistema visual adoptó una estética brutalista inspirada en la crudeza honesta de Franklin: tipografías sólidas, composiciones directas y texturas que exaltan el material en bruto del barrio.

Primero se definió una promesa de marca que celebra la expansión permanente: romper todos los límites asociados al arte. De convertir la galería en un lienzo para solamente ofrecer posibilidades. De allí nació el nombre Galería 314, referencia al número π (3,14) y a sus infinitas cifras decimales, símbolo de posibilidades infinitas de creación y disfrute. Esta decisión fundó una narrativa que invita a “visitar un lugar sin límites”, coherente con la misión de llevar el arte más allá de las barreras elitistas.

La identidad visual amplificó el concepto. El logotipo integra la forma de π y alude al símbolo de infinito, sellando gráficamente la idea de un arte que representa posibilidades. El sistema visual adoptó una estética brutalista inspirada en la crudeza honesta de Franklin: tipografías sólidas, composiciones directas y texturas que exaltan el material en bruto del barrio.

Primero se definió una promesa de marca que celebra la expansión permanente: romper todos los límites asociados al arte. De convertir la galería en un lienzo para solamente ofrecer posibilidades. De allí nació el nombre Galería 314, referencia al número π (3,14) y a sus infinitas cifras decimales, símbolo de posibilidades infinitas de creación y disfrute. Esta decisión fundó una narrativa que invita a “visitar un lugar sin límites”, coherente con la misión de llevar el arte más allá de las barreras elitistas.

La identidad visual amplificó el concepto. El logotipo integra la forma de π y alude al símbolo de infinito, sellando gráficamente la idea de un arte que representa posibilidades. El sistema visual adoptó una estética brutalista inspirada en la crudeza honesta de Franklin: tipografías sólidas, composiciones directas y texturas que exaltan el material en bruto del barrio.

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