Tu cerebro es un órgano fascinante que está funcionando las 24 horas del día con un plan maestro que ni siquiera sabías que existía.

La neurociencia nos revela que nuestros cerebros operan como una red masiva de neuronas donde la mayoría de los procesos psicológicos no están divididos en funciones específicas dedicadas, como algunos creen. Es decir, todas nuestras neuronas están disparando a varias velocidades todo el tiempo.

El cerebro no opera en modo "encendido/apagado", sino que mantiene un estado de actividad perpetua, procesando información y ejecutando respuestas automatizadas. Mientras tú crees que simplemente estás "viviendo la vida", tu psique está ejecutando una estrategia sofisticadísima que se formó hace años, probablemente cuando eras un mocoso tratando de sobrevivir en tu familia.

Esta estrategia inconsciente determina prácticamente todo lo que nos pasa en la vida. Tu situación económica, tus relaciones, tu nivel de felicidad, incluso si te levantas de buen humor o con ganas de mandar todo a la mierda. Determina todo eso, porque tu estrategia definirá de aquí en adelante el punto de vista desde el cual te relacionas con tu propia realidad.

Tu personalidad: la espada y el escudo con que navegas el mundo

Empecemos por lo básico, porque acá hay una confusión que la gente tiene todo el tiempo. Tu personalidad no es sinónimo de temperamento. El temperamento es lo que traes de fábrica. De hecho, el temperamento reactivo medido a los cuatro meses de edad puede predecir la timidez en la niñez, la inhibición social en la infancia y la ansiedad en la adolescencia. Eso viene en tu configuración genética básica.

Tu personalidad, en cambio, son las herramientas específicas que desarrollaste para relacionarte con el resto. Es como tu espada y tu escudo en el videojuego de la vida. Tu temperamento es el hardware, tu personalidad es el software que instalaste encima para sobrevivir.

Lo relevante es que el entorno puede ofrecer una respuesta consistente a las cualidades temperamentales, alentándolas a permanecer intactas. Un cabro tímido es menos propenso a aceptar invitaciones sociales, lo que con el tiempo da como resultado que otros sean menos propensos a ofrecérselas, perpetuando el patrón.

El origen traumático de nuestras estrategias

La parte en la que todo conecta, es por el hecho de que tu personalidad surge producto del trauma; las experiencias adversas en la infancia pueden crear cicatrices duraderas, dañando nuestras células y nuestro ADN, e incluso enfermándonos cuando adultos.

Este daño no se limita a la memoria consciente, sino que se almacena en el cuerpo como patrones de respuesta automática. 

El problema, sí, es que incluso no tener trauma puede generarte un tipo específico de vulnerabilidad. Si creciste en un ambiente "perfecto" donde nunca enfrentaste desafíos, tu personalidad puede desarrollar una fragilidad extrema ante cualquier adversidad.

Los patrones de apego también se vuelven estrategias inconscientes para navegar las relaciones. La búsqueda de comodidad o seguridad es una necesidad innata: hemos evolucionado para buscar apego con cuidadores "más viejos y sabios" para protegernosDesde el momento en que nacemos, estamos programados para buscar apego con otros.

Tu estrategia: los anteojos existenciales

Estos patrones forman lo que llamamos "la estrategia": los anteojos desde los que ves el mundo. Es tu filtro de realidad personal e intransferible.

Existe algo fascinante llamado sensibilidad al procesamiento sensorial, una estrategia innata de supervivencia que implica notar y adaptarse a detalles ambientales, especialmente en el entorno social. Aproximadamente el 20% de la población la tiene. Estas personas están observando cuidadosamente y procesando lo que absorben, consciente o inconscientemente, maximizando lo que han aprendido. Esta estrategia opera las 24 horas del día, influyendo en decisiones que van desde tomar atajos hasta cambiar la dieta o comprar algo en oferta antes de que otros noten el precio reducido.

Los rasgos de personalidad tampoco son tan fijos como creemos. Los rasgos como la paciencia y la aversión al riesgo no son innatos, sino un producto del tipo de sociedad en la que nacesEn sociedades con más recursos, los niños pueden sentir que pueden permitirse mejores estrategias como la paciencia y la búsqueda de riesgos.

El rol de la terapia: hacer consciente lo inconsciente

La terapia juega un rol muy importante en la vida de todo el mundo. No porque todos estemos locos, sino porque ayuda a hacer conscientes estos patrones automáticos.

Para construir vínculos sólidos, primero necesitamos reconciliarnos con nuestra historia emocional, sanar peditos emocionales que están atrapados y entender cómo se forman nuestras pautas de apego. La terapia funciona como un espejo donde puedes ver patrones que operan automáticamente.

La buena noticia es que nuestras mentes y cuerpos pueden cambiar hasta prácticamente cualquier edad. La neuroplasticidad permite que el cerebro se reconecte, independientemente de la edad, aunque muchas personas experimentan un "estancamiento universal" debido a desregulaciones somáticas y traumas corporales.

Los hábitos también pueden ser reprogramados. Una verdadera formación de hábito significa que la acción es independiente del contexto y ya no requiere disparadores específicos para activarlaCuando los comportamientos se han incrustado firmemente en nuestros circuitos neuronales, no requieren mucho esfuerzo mental para iniciar el hábito cada día.

Esta guía de TODO es para que tengas todas las perspectivas necesarias para identificar tu propia estrategia e intervenirla, adaptarla o mejorarla a voluntad.

No se trata de eliminar tu personalidad, sino de hacer consciente lo que ya está operando. Es como pasar de ser un NPC que ejecuta código automático a ser el verdadero jugador que toma decisiones conscientes.

El objetivo es crear un espacio seguro para desempacar todo lo que somos, con límites y contención, pero también con empatía y compasión. También observar las áreas donde carecemos de autoexpresión y abordar las memorias basadas en el miedo que nos inhiben.

Trabajando 24/7 sin trabajar: la maestría estratégica

La parte que más me gusta, es que tener clara tu estrategia es clave, porque te permite estar trabajando 24/7, sin que necesariamente estés trabajando.

Cuando logras la integración consciente de tus estrategias automáticas, usar la información sobre los estímulos ambientales cuando te enfrentas a una decisión se vuelve dirigido y propositivo. 

Cuando hay un objetivo, un propósito, hasta el cafecito que tomas por la mañana, o irte de fiesta de vez en cuando, es estar trabajando, porque todo lo que haces son decisiones conscientes, alineadas con lo que quieres y buscas en tu vida. Es como en el deporte, donde descansar es parte del mismo deporte.

Los seres humanos necesitamos entender estas cosas sobre nosotros mismos porque esto es verdaderamente importante para el desarrollo de quien verdaderamente somos.

En lugar de ser víctimas de nuestros patrones y mecanismos de defensa, nos convertimos en directores conscientes de esta lluvia neuronal que ha estado tocando e inundando toda nuestra vida. 

En la vida moderna, donde todo cambia aceleradamente, la capacidad de reconocer y dirigir conscientemente los patrones automáticos que rigen nuestras vidas se vuelve esencial para surfear esta época con gracia, a través de una pregunta simple: ¿cuál es tu estrategia inconsciente y cómo tomas el control sobre ella?

En esta integración encontramos no solo la eficiencia de trabajar para ti mism@ las 24 horas del día, sino la sabiduría de hacerlo en armonía con nuestra naturaleza más profunda. Así es como al final del día, entender tu estrategia inconsciente, se convertirá en tu herramienta de supervivencia fundamental al antropoceno.



Tu cerebro es un órgano fascinante que está funcionando las 24 horas del día con un plan maestro que ni siquiera sabías que existía.

La neurociencia nos revela que nuestros cerebros operan como una red masiva de neuronas donde la mayoría de los procesos psicológicos no están divididos en funciones específicas dedicadas, como algunos creen. Es decir, todas nuestras neuronas están disparando a varias velocidades todo el tiempo.

El cerebro no opera en modo "encendido/apagado", sino que mantiene un estado de actividad perpetua, procesando información y ejecutando respuestas automatizadas. Mientras tú crees que simplemente estás "viviendo la vida", tu psique está ejecutando una estrategia sofisticadísima que se formó hace años, probablemente cuando eras un mocoso tratando de sobrevivir en tu familia.

Esta estrategia inconsciente determina prácticamente todo lo que nos pasa en la vida. Tu situación económica, tus relaciones, tu nivel de felicidad, incluso si te levantas de buen humor o con ganas de mandar todo a la mierda. Determina todo eso, porque tu estrategia definirá de aquí en adelante el punto de vista desde el cual te relacionas con tu propia realidad.

Tu personalidad: la espada y el escudo con que navegas el mundo

Empecemos por lo básico, porque acá hay una confusión que la gente tiene todo el tiempo. Tu personalidad no es sinónimo de temperamento. El temperamento es lo que traes de fábrica. De hecho, el temperamento reactivo medido a los cuatro meses de edad puede predecir la timidez en la niñez, la inhibición social en la infancia y la ansiedad en la adolescencia. Eso viene en tu configuración genética básica.

Tu personalidad, en cambio, son las herramientas específicas que desarrollaste para relacionarte con el resto. Es como tu espada y tu escudo en el videojuego de la vida. Tu temperamento es el hardware, tu personalidad es el software que instalaste encima para sobrevivir.

Lo relevante es que el entorno puede ofrecer una respuesta consistente a las cualidades temperamentales, alentándolas a permanecer intactas. Un cabro tímido es menos propenso a aceptar invitaciones sociales, lo que con el tiempo da como resultado que otros sean menos propensos a ofrecérselas, perpetuando el patrón.

El origen traumático de nuestras estrategias

La parte en la que todo conecta, es por el hecho de que tu personalidad surge producto del trauma; las experiencias adversas en la infancia pueden crear cicatrices duraderas, dañando nuestras células y nuestro ADN, e incluso enfermándonos cuando adultos.

Este daño no se limita a la memoria consciente, sino que se almacena en el cuerpo como patrones de respuesta automática. 

El problema, sí, es que incluso no tener trauma puede generarte un tipo específico de vulnerabilidad. Si creciste en un ambiente "perfecto" donde nunca enfrentaste desafíos, tu personalidad puede desarrollar una fragilidad extrema ante cualquier adversidad.

Los patrones de apego también se vuelven estrategias inconscientes para navegar las relaciones. La búsqueda de comodidad o seguridad es una necesidad innata: hemos evolucionado para buscar apego con cuidadores "más viejos y sabios" para protegernosDesde el momento en que nacemos, estamos programados para buscar apego con otros.

Tu estrategia: los anteojos existenciales

Estos patrones forman lo que llamamos "la estrategia": los anteojos desde los que ves el mundo. Es tu filtro de realidad personal e intransferible.

Existe algo fascinante llamado sensibilidad al procesamiento sensorial, una estrategia innata de supervivencia que implica notar y adaptarse a detalles ambientales, especialmente en el entorno social. Aproximadamente el 20% de la población la tiene. Estas personas están observando cuidadosamente y procesando lo que absorben, consciente o inconscientemente, maximizando lo que han aprendido. Esta estrategia opera las 24 horas del día, influyendo en decisiones que van desde tomar atajos hasta cambiar la dieta o comprar algo en oferta antes de que otros noten el precio reducido.

Los rasgos de personalidad tampoco son tan fijos como creemos. Los rasgos como la paciencia y la aversión al riesgo no son innatos, sino un producto del tipo de sociedad en la que nacesEn sociedades con más recursos, los niños pueden sentir que pueden permitirse mejores estrategias como la paciencia y la búsqueda de riesgos.

El rol de la terapia: hacer consciente lo inconsciente

La terapia juega un rol muy importante en la vida de todo el mundo. No porque todos estemos locos, sino porque ayuda a hacer conscientes estos patrones automáticos.

Para construir vínculos sólidos, primero necesitamos reconciliarnos con nuestra historia emocional, sanar peditos emocionales que están atrapados y entender cómo se forman nuestras pautas de apego. La terapia funciona como un espejo donde puedes ver patrones que operan automáticamente.

La buena noticia es que nuestras mentes y cuerpos pueden cambiar hasta prácticamente cualquier edad. La neuroplasticidad permite que el cerebro se reconecte, independientemente de la edad, aunque muchas personas experimentan un "estancamiento universal" debido a desregulaciones somáticas y traumas corporales.

Los hábitos también pueden ser reprogramados. Una verdadera formación de hábito significa que la acción es independiente del contexto y ya no requiere disparadores específicos para activarlaCuando los comportamientos se han incrustado firmemente en nuestros circuitos neuronales, no requieren mucho esfuerzo mental para iniciar el hábito cada día.

Esta guía de TODO es para que tengas todas las perspectivas necesarias para identificar tu propia estrategia e intervenirla, adaptarla o mejorarla a voluntad.

No se trata de eliminar tu personalidad, sino de hacer consciente lo que ya está operando. Es como pasar de ser un NPC que ejecuta código automático a ser el verdadero jugador que toma decisiones conscientes.

El objetivo es crear un espacio seguro para desempacar todo lo que somos, con límites y contención, pero también con empatía y compasión. También observar las áreas donde carecemos de autoexpresión y abordar las memorias basadas en el miedo que nos inhiben.

Trabajando 24/7 sin trabajar: la maestría estratégica

La parte que más me gusta, es que tener clara tu estrategia es clave, porque te permite estar trabajando 24/7, sin que necesariamente estés trabajando.

Cuando logras la integración consciente de tus estrategias automáticas, usar la información sobre los estímulos ambientales cuando te enfrentas a una decisión se vuelve dirigido y propositivo. 

Cuando hay un objetivo, un propósito, hasta el cafecito que tomas por la mañana, o irte de fiesta de vez en cuando, es estar trabajando, porque todo lo que haces son decisiones conscientes, alineadas con lo que quieres y buscas en tu vida. Es como en el deporte, donde descansar es parte del mismo deporte.

Los seres humanos necesitamos entender estas cosas sobre nosotros mismos porque esto es verdaderamente importante para el desarrollo de quien verdaderamente somos.

En lugar de ser víctimas de nuestros patrones y mecanismos de defensa, nos convertimos en directores conscientes de esta lluvia neuronal que ha estado tocando e inundando toda nuestra vida. 

En la vida moderna, donde todo cambia aceleradamente, la capacidad de reconocer y dirigir conscientemente los patrones automáticos que rigen nuestras vidas se vuelve esencial para surfear esta época con gracia, a través de una pregunta simple: ¿cuál es tu estrategia inconsciente y cómo tomas el control sobre ella?

En esta integración encontramos no solo la eficiencia de trabajar para ti mism@ las 24 horas del día, sino la sabiduría de hacerlo en armonía con nuestra naturaleza más profunda. Así es como al final del día, entender tu estrategia inconsciente, se convertirá en tu herramienta de supervivencia fundamental al antropoceno.



Tu cerebro es un órgano fascinante que está funcionando las 24 horas del día con un plan maestro que ni siquiera sabías que existía.

La neurociencia nos revela que nuestros cerebros operan como una red masiva de neuronas donde la mayoría de los procesos psicológicos no están divididos en funciones específicas dedicadas, como algunos creen. Es decir, todas nuestras neuronas están disparando a varias velocidades todo el tiempo.

El cerebro no opera en modo "encendido/apagado", sino que mantiene un estado de actividad perpetua, procesando información y ejecutando respuestas automatizadas. Mientras tú crees que simplemente estás "viviendo la vida", tu psique está ejecutando una estrategia sofisticadísima que se formó hace años, probablemente cuando eras un mocoso tratando de sobrevivir en tu familia.

Esta estrategia inconsciente determina prácticamente todo lo que nos pasa en la vida. Tu situación económica, tus relaciones, tu nivel de felicidad, incluso si te levantas de buen humor o con ganas de mandar todo a la mierda. Determina todo eso, porque tu estrategia definirá de aquí en adelante el punto de vista desde el cual te relacionas con tu propia realidad.

Tu personalidad: la espada y el escudo con que navegas el mundo

Empecemos por lo básico, porque acá hay una confusión que la gente tiene todo el tiempo. Tu personalidad no es sinónimo de temperamento. El temperamento es lo que traes de fábrica. De hecho, el temperamento reactivo medido a los cuatro meses de edad puede predecir la timidez en la niñez, la inhibición social en la infancia y la ansiedad en la adolescencia. Eso viene en tu configuración genética básica.

Tu personalidad, en cambio, son las herramientas específicas que desarrollaste para relacionarte con el resto. Es como tu espada y tu escudo en el videojuego de la vida. Tu temperamento es el hardware, tu personalidad es el software que instalaste encima para sobrevivir.

Lo relevante es que el entorno puede ofrecer una respuesta consistente a las cualidades temperamentales, alentándolas a permanecer intactas. Un cabro tímido es menos propenso a aceptar invitaciones sociales, lo que con el tiempo da como resultado que otros sean menos propensos a ofrecérselas, perpetuando el patrón.

El origen traumático de nuestras estrategias

La parte en la que todo conecta, es por el hecho de que tu personalidad surge producto del trauma; las experiencias adversas en la infancia pueden crear cicatrices duraderas, dañando nuestras células y nuestro ADN, e incluso enfermándonos cuando adultos.

Este daño no se limita a la memoria consciente, sino que se almacena en el cuerpo como patrones de respuesta automática. 

El problema, sí, es que incluso no tener trauma puede generarte un tipo específico de vulnerabilidad. Si creciste en un ambiente "perfecto" donde nunca enfrentaste desafíos, tu personalidad puede desarrollar una fragilidad extrema ante cualquier adversidad.

Los patrones de apego también se vuelven estrategias inconscientes para navegar las relaciones. La búsqueda de comodidad o seguridad es una necesidad innata: hemos evolucionado para buscar apego con cuidadores "más viejos y sabios" para protegernosDesde el momento en que nacemos, estamos programados para buscar apego con otros.

Tu estrategia: los anteojos existenciales

Estos patrones forman lo que llamamos "la estrategia": los anteojos desde los que ves el mundo. Es tu filtro de realidad personal e intransferible.

Existe algo fascinante llamado sensibilidad al procesamiento sensorial, una estrategia innata de supervivencia que implica notar y adaptarse a detalles ambientales, especialmente en el entorno social. Aproximadamente el 20% de la población la tiene. Estas personas están observando cuidadosamente y procesando lo que absorben, consciente o inconscientemente, maximizando lo que han aprendido. Esta estrategia opera las 24 horas del día, influyendo en decisiones que van desde tomar atajos hasta cambiar la dieta o comprar algo en oferta antes de que otros noten el precio reducido.

Los rasgos de personalidad tampoco son tan fijos como creemos. Los rasgos como la paciencia y la aversión al riesgo no son innatos, sino un producto del tipo de sociedad en la que nacesEn sociedades con más recursos, los niños pueden sentir que pueden permitirse mejores estrategias como la paciencia y la búsqueda de riesgos.

El rol de la terapia: hacer consciente lo inconsciente

La terapia juega un rol muy importante en la vida de todo el mundo. No porque todos estemos locos, sino porque ayuda a hacer conscientes estos patrones automáticos.

Para construir vínculos sólidos, primero necesitamos reconciliarnos con nuestra historia emocional, sanar peditos emocionales que están atrapados y entender cómo se forman nuestras pautas de apego. La terapia funciona como un espejo donde puedes ver patrones que operan automáticamente.

La buena noticia es que nuestras mentes y cuerpos pueden cambiar hasta prácticamente cualquier edad. La neuroplasticidad permite que el cerebro se reconecte, independientemente de la edad, aunque muchas personas experimentan un "estancamiento universal" debido a desregulaciones somáticas y traumas corporales.

Los hábitos también pueden ser reprogramados. Una verdadera formación de hábito significa que la acción es independiente del contexto y ya no requiere disparadores específicos para activarlaCuando los comportamientos se han incrustado firmemente en nuestros circuitos neuronales, no requieren mucho esfuerzo mental para iniciar el hábito cada día.

Esta guía de TODO es para que tengas todas las perspectivas necesarias para identificar tu propia estrategia e intervenirla, adaptarla o mejorarla a voluntad.

No se trata de eliminar tu personalidad, sino de hacer consciente lo que ya está operando. Es como pasar de ser un NPC que ejecuta código automático a ser el verdadero jugador que toma decisiones conscientes.

El objetivo es crear un espacio seguro para desempacar todo lo que somos, con límites y contención, pero también con empatía y compasión. También observar las áreas donde carecemos de autoexpresión y abordar las memorias basadas en el miedo que nos inhiben.

Trabajando 24/7 sin trabajar: la maestría estratégica

La parte que más me gusta, es que tener clara tu estrategia es clave, porque te permite estar trabajando 24/7, sin que necesariamente estés trabajando.

Cuando logras la integración consciente de tus estrategias automáticas, usar la información sobre los estímulos ambientales cuando te enfrentas a una decisión se vuelve dirigido y propositivo. 

Cuando hay un objetivo, un propósito, hasta el cafecito que tomas por la mañana, o irte de fiesta de vez en cuando, es estar trabajando, porque todo lo que haces son decisiones conscientes, alineadas con lo que quieres y buscas en tu vida. Es como en el deporte, donde descansar es parte del mismo deporte.

Los seres humanos necesitamos entender estas cosas sobre nosotros mismos porque esto es verdaderamente importante para el desarrollo de quien verdaderamente somos.

En lugar de ser víctimas de nuestros patrones y mecanismos de defensa, nos convertimos en directores conscientes de esta lluvia neuronal que ha estado tocando e inundando toda nuestra vida. 

En la vida moderna, donde todo cambia aceleradamente, la capacidad de reconocer y dirigir conscientemente los patrones automáticos que rigen nuestras vidas se vuelve esencial para surfear esta época con gracia, a través de una pregunta simple: ¿cuál es tu estrategia inconsciente y cómo tomas el control sobre ella?

En esta integración encontramos no solo la eficiencia de trabajar para ti mism@ las 24 horas del día, sino la sabiduría de hacerlo en armonía con nuestra naturaleza más profunda. Así es como al final del día, entender tu estrategia inconsciente, se convertirá en tu herramienta de supervivencia fundamental al antropoceno.



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